El verano ya está aquí. A veces nos damos cuenta de esta fecha cuando tenemos que empezar a lucir palmito en la playa y la piscina. Pero cualquier momento y excusa es buena para comentar a cuidarte más cambiando tus hábitos de alimentación. Adaptar una nueva filosofía de vida te ayudará a ganar calidad. Un gran aliado también para lograr ese equilibrio entre mente y cuerpo.
Nunca es tarde para empezar a cambiar esos hábitos de alimentación, aunque con el verano la tentación es mucho más fuerte que en invierno. Los helados, los cócteles y las salidas fuera de casa pueden complicar tus inicios. No es imposible y si estás concienciado a hacerlo, será una de las mejores decisiones que tomes en tu vida.
Un cambio de alimentación en una nutrición saludable puede repercutir en muchos ámbitos de tu vida. Mantendrás la piel y los dientes más sanos, así como un sistema inmune en perfecto estado. Ayudarás al sistema digestivos a su funcionamiento normal, además de lograr un peso ideal y saludable. Es decir, que te puedes olvidar a la “operación bikini” para siempre, sin hacer sacrificios para el verano.
Para que tomes conciencia de esta decisión, desde FarmaCoslada te damos las claves para una alimentación saludable. unos cambios de hábitos que deben ser fuertes para que duren toda la vida.
Pautas y consejos para modificar tus hábitos de alimentación
Lo primero y más importante es tomar conciencia de tu decisión. Cambiar los hábitos alimenticios no es una decisión a la ligera, hay que ser consecuentes. Habrá personas que se adapten rápidamente y otras que les cueste un poco más. No te desesperes y comienza a cambiar las cosas despacio y sin prisa. Es mejor fijar los pasos a ir muy rápido y no lograrlo.
En este nuevo propósito es mejor marcarse pequeños retos, primero diarios y después semanales y mensuales. De esta forma conseguirás convertir algo que no hacías en un hábito. Puedes empezar por ejemplo incluyendo las cinco piezas de frutas y verduras al día. Toma fruta a media mañana y en la merienda, olvidándote del picoteo de snacks y la comida precocinada. Si eres muy dulce, toma un par de onzas de chocolate negro que te quitarán el antojo evitando la bollería industrial.
La hidratación es otro de los pilares en el cambio de hábitos. Si te cuesta beber agua, debes concienciarte de que debes beber entre un litro y medio y dos litros al día. Intenta llevar contigo siempre una botella para darle pequeños sorbos, aunque no tengas sed. Notarás los cambios desde el primer día ya que aliviarás la fatiga, ayudarás a la digestión, evitarás el estreñimiento y tu piel lucirá más radiante.
Modificar tus hábitos de alimentación significa modificar la lista de la compra. Cuando vayas a comprar, intenta no salirte de tu lista para comprar lo imprescindible. Planifica bien la semana de comidas para hacerte con la verdura y la fruta que necesitas. Intenta sobre todo no ir a comprar con hambre, ya que puedes acabar con una cesta de la compra muy diferente.
¿Preparados para cambiar vuestros hábitos de alimentación?